En los últimos años ha aumentado el número de personas que salen a correr de manera continuada. Muchos corredores empiezan de cero tras llevar mucho tiempo sin realizar ningún tipo de actividad física mientras que otros tantos llevan ya mucho tiempo corriendo, buscando mejorar sus tiempos y sus ritmos. Es por ello por lo que son muchos los pacientes que acuden a la consulta de fisioterapia con lesiones derivadas de la práctica del running.
Para la gente que empieza de cero es muy importante realizar una puesta en marcha progresiva, al igual que para los corredores que practican otros deportes (como el fútbol) es importante avanzar poco a poco en las distancias y los ritmos para evitar así lesiones. Algunas de las lesiones más frecuentes en los corredores son las siguientes:
– Lesión de la cintilla iliotibial: suele consistir en un dolor en la zona lateral de la rodilla, generalmente a punta de dedo pero que en ocasiones se puede presentar de manera más difusa en la zona lateral y posterior de la rodilla. Se produce porque el tendón de la cintilla iliotibial roza con el cóndilo del fémur generando así irritación en dicho tendón. Es típico que aparezca tras hacer alguna salida por terreno irregular o tiradas largas a las que no estamos acostumbrados. El dolor puede aparecer durante la carrera, pero se hace más intenso una vez que paramos, sobre todo al levantarnos después de estar sentados un rato. Algunos consejos para prevenir esta lesión es fortalecer la musculatura del glúteo medio y vasto interno, además de ganar flexibilidad en la musculatura de la zona posterior de la pierna.
– Tendinopatía del Aquiles: es otra de las lesiones comunes de los corredores. Suele presentarse tras realizar un esfuerzo mayor al que solemos estar acostumbrados o al llevar una carga alta de kilómetros en los últimos días. Es habitual que aparezca tras haber corrido subiendo cuestas. El dolor suele aparecer después de correr y, corriendo, molesta los primeros minutos mejorando durante la carrera. Para prevenirlo, es importante estirar bien la musculatura de gemelos y sóleo además de hacer ejercicios excéntricos específicos para el Aquiles. En muchas ocasiones puede presentarse en ambas piernas a la vez, siendo muchas veces un motivo metabólico una de las causas principales de la aparición del dolor, por lo que en estos casos sería interesante la revisión de la alimentación.
– Lesión tendón rotuliano: consiste en un dolor en la zona anterior de la rodilla, generalmente a punta de dedo. Suele ser más común en deportistas que realizan saltos, pero en corredores también es frecuente, sobre todo tras realizar bajadas corriendo. La debilidad del glúteo medio y de la musculatura del cuádriceps junto con el acortamiento de la musculatura de la parte posterior de la pierna suelen ser factores importantes en la aparición de esta lesión. Al igual que la lesión del tendón Aquiles, suele dar síntomas al comienzo de la carrera, mejorando en el transcurso de esta y aumentando una vez que hemos parado de correr.
– Síndrome del dolor glúteo profundo: esta lesión es común en corredores que llevan tiempo parados y comienzan de nuevo a correr, realizando una carga de kilómetros mayor de la debida. Consiste en la compresión de los nervios glúteos por la musculatura glútea, produciendo dolor en la zona glútea y que puede bajar por la zona lateral de la pierna. Para prevenir esta lesión es importante avanzar de manera progresiva con la distancia que realizamos, evitando correr días seguidos y realizar ejercicios de fortalecimiento de la musculatura glútea.
Como hemos visto, uno de los factores que va a disminuir el riesgo de lesionarnos es el tener una musculatura de miembro inferior fuerte, destacando sobre todo el glúteo medio como uno de los músculos más importantes para ello. Por lo tanto, es importante ser progresivos con la distancia a correr y con la velocidad, además de llevar un calzado cómodo y apropiado para correr para que el riesgo de lesión no aumente. Así pues, es importante acudir al fisioterapeuta para identificar la causa del problema (sobrecarga del entrenamiento, mala mecánica del apoyo, descompensación muscular o causas metabólicas entre otras) y poder realizar un tratamiento adecuado.