Sensación de inestabilidad a diario, nauseas e incluso vómitos sin haber comido nada ni estar malo… Los mareos y vértigos son mucho más habituales de lo que la gente piensa, tanto que entre 1 y 2 personas cada 100 los sufren, 4 veces más si nos vamos a la población por encima de 60 años.

Vértigos y mareos conviven a diario con nosotros y saber diferenciar entre uno y otro es primordial para establecer un tratamiento adecuado a cada patología.

FISIOPATOLOGÍA

El vértigo, es producido en el oído interno, lo que ocurre es que unos cristales de carbonato cálcico (otolitos) se desubican de su posición habitual y pasan a los canales semicirculares. Esto provoca que cuando giramos la cabeza, nos levantamos o movemos bruscamente aparezca este desequilibrio, por culpa del movimiento de las piedrecitas en los canales semicirculares, que confunden a nuestro cerebro y nos vuelven inestables, incluso llegando en muchos casos a caernos.

El mareo cervicogénico se origina debido a sobrecargas musculares, bloqueos en la columna cervical superior o inestabilidad en la columna cervical media principalmente. Estos problemas de cuello generar reflejos de protección en nuestro cuerpo, como puede ser el dolor de cabeza y cuello, pero también el tan temido mareo. En esta ocasión aparecen más con posturas estáticas mantenidas, mirar hacia arriba o abajo durante un rato, mantener la mirada fija en el ordenador o el móvil… Puede ser que aparezcan con movimientos concretos, por ejemplo, al levantarnos de la cama por tener que mantener el cuello rígido al incorporarnos.